Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 1 DE NOVIEMBRE DE 2022.- Marta Lilia Raíza Espinoza falleció a la edad de 8 años, sus restos descansan en el Panteón Municipal #1, aunque murió hace más de medio siglo, su familia continúa reuniéndose cada año para comer junto a ella en el marco de las festividades en el Día de Todos los Santos.
La familia de Marta Lilia es una de las cientos que este primero de noviembre visitaron a sus difuntos niños en los diversos panteones de la ciudad, que desde temprano empezaron a cambiar de apariencia resaltando el anaranjado de la flor cempasúchil.
Marcos Raiza Espinosa junto a su madre y sus tres hermanos limpiaron la tumba de Marta Lilia; la adornaron con flores y esperaban a hermanos, nueras, nietos y un bisnieto con quienes compartirían sopes que era una de la comida favorita de la niña que este año cumpliría 63 años de edad.
En el panteón, sonriente, una mujer ofrecía ramos de cempasúchil en la entrada, en su oferta también existían bolsitas con pétalos con los que las familias tradicionalmente forman el camino que recorren las almas de sus seres queridos al regresar durante el día de muertos para desgastar las ofrendas y convivir con sus seres queridos.
El panteón lucio limpio, los empleados acarreaban botes con agua y el silencio se rompía con algunas voces o llantos infantiles, además un mariachi esperaba ser convocado para amenizar la visita en alguna de las tumbas.
Al fondo del panteón la señora María de Jesús Serna Rendón limpiaba los sepulcros de su hijo y un nieto que fallecieron de 40 y 19 años, además de flores traía algunos de los productos que les gustaban para depositarlos como ofrenda.
Para la madre y abuela la pérdida de sus seres queridos es un dolor muy grande, ya que nunca los olvida y asegura los tiene presente todos los días.
Además de la visita al panteón la señora María de Jesús instala un altar en su casa donde coloca la foto de su hijo, nieto y de su esposo además de que coloca en él dulces y la comida que le gustaba a sus familiares
Además de visitar la tumba de sus familiares las personas que acudieron al Panteón Municipal número Uno también dejaron alguna ofrenda en la capilla donde descansan los restos Juan El soldado, la leyenda de Tijuana considerado personaje milagroso.
