Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 18 DE ENERO DE 2023.- Desde hace una semana, Rosa Isela Tindum, una joven de 29 años detectada con cáncer desde marzo del año pasado, espera se desocupe una cama en el Hospital General Regional número 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para someterse a la quimioterapia.
En entrevista, reconoció que cuando las quimioterapias eran ambulatorias no tuvo mayores problemas con el IMSS, salvo que tuvo que pagar estudios y en dos ocasiones los medicamentos que necesitaba.
El primer tratamiento lo recibió el 22 de marzo de 2022, desde entonces siempre han sido atentos los enfermeros, no así los médicos a quienes siente distantes y deshumanizados “tal vez porque somos muchos pacientes”.
Además, por el exceso de pacientes, ahora tiene retraso en su tratamiento, porque todas las camas del hospital número 20 del IMSS están ocupadas y, además, descubrió que no le han aplicado el tratamiento que ella necesita para sanar.
Comentó que el medicamento indicado para ella solamente puede ser aplicada una vez al mes, pero su costo aproximado es de 70 mil pesos, dinero que el IMSS no paga debido a que sería una pérdida muy grande.
Isela sabe que el medicamento existe en las instalaciones, ya que uno de los pacientes tiene acceso a dicho tratamiento, sin embargo, el seguro no alcanza a cubrir la compra y distribución para todos sus pacientes.
Siente que está peleando contra el tiempo y que ya es necesario otro hospital para los pacientes oncológicos porque el que existe ya no es suficiente.
