Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 9 DE ENERO DE 2023.- Tras conocer que el oficial de la Policía Municipal de Tijuana, Jonathan Ounel, quedaría en libertad porque goza de un amparo, su ex pareja Nayeli González aseguró que sintió temor y rabia de que su verdugo quedó en libertad sin importar que intentó asesinarla.
En entrevista, la mujer madre de tres hijos de 11, 10 y 8 años, dijo que al escuchar en la audiencia celebrada el pasado viernes que su ex pareja, Jonathan Ounel, gozaba de un amparo que evitaba ser detenido, entró en shock.
“Da tristeza de ver cómo esa persona que fue capaz de quererme matar había tenido la capacidad de ampararse por algo que hizo, que no tiene justificación ni perdón y que debe tener una consecuencia”, expuso.
Recordó que su expareja durante la audiencia pasó de una expresión de preocupación por estar privado de la libertad, a una actitud burlona con una sonrisa que le vino al rostro apenas empezó a escuchar que el juez ordenaba su liberación inmediata.
“Estaba con la misma sonrisa con la que me golpeaba, con la que muchas veces, muchas veces me intimidó y me dijo nadie te va a hacer caso, esa misma sonrisa es que me provoca llanto y coraje, su sonrisa era de victoria”, recordó.
Después del incidente ocurrido la madrugada del domingo 18 de diciembre, la vida de Nayeli ya no es la misma, abandonó su hogar y ahora busca dormir en alguno de los refugios para mujeres víctimas de violencia doméstica.
“No es justo, no es un ritmo de vida que yo quiera, no es un ritmo de vida que merezcan mis hijos ni tampoco un ritmo de vida que merezca mi familia, porque esto no solo me afecta a mí en mi persona, todo esto trae consecuencias a las personas que me aman”, dijo entre lágrimas.
Aunque reconoció desconocer la técnica jurídica, sostuvo que no entiende cómo pudieron otorgarle el amparo a una persona que intentó asesinarla, recuerda que ella no se defendió y se cuestiona, ¿qué habría pasado si las cosas sucedieran a la inversa?
“Simplemente pido justicia para mí, no quiero que me digan, pero no te mató… pero no te hizo nada… pero estás viva. Sí, pero pensemos en si no estuviera viva, si no estuviera aquí o si me hubiera matado”.
“¿Qué hubiera pasado si yo me hubiera defendido de esos golpes que el medio, yo le hubiera aventado por las escaleras y le pasa algo, se desnuca, entonces ¿a mí me hubieran amparado o me hubieran creído a mí?… Dudo mucho eso”, concluyó.