Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 9 DE FEBRERO DE 2023.- De la develación del mural para conmemorar los 200 años de relaciones diplomáticas entre México y los Estados Unidos recuerdo mucho una frase de la astronauta Katya Echazarreta, que asegura que ella es la primera pero no quiere ser la última.
Me llamó mucho la atención porque justo cuando la estaba diciendo me acordé del estado físico de muchas de las escuelas de la ciudad, para ser astronauta lo esencial es estudiar y después vencer como lo hizo ella, muchas adversidades.
En la última semana, al menos dos edificios escolares tuvieron que suspender las clases presenciales de los niños por derrames de aguas residuales, además de los días festivos, las reuniones de los profesores paralizaron la actividad escolar al menos dos días.
Las escuelas Plutarco Elías Calles y la Miguel Hidalgo estuvieron paradas, sin actividad, porque se inundaron de aguas negras, los niños no acudieron a ellas para evitar algún contagio y no hubo una respuesta pronta para reanudar las actividades.
Hay todavía, varias escuelas principalmente en la Zona Este de la ciudad que los techos están a punto de colapsar por la falta de mantenimiento, algunas son sus bardas que también están a punto de ceder.
Al recordar el estado físico en el que se encuentran la mayoría de las escuelas de educación básica me pareció ver muy, muy lejano el sueño de Katya de lograr que México mande su primera misión al espacio.
No está mal la idea, si ella fue la primera no tiene por qué ser la última mujer mexicana en viajar al espacio, pero es necesario algo más que una reforma constitucional para sentar las bases de un proyecto como el suyo.
Tendrá que vencer, primero, a los políticos que ven en la educación un excelente motivo para el discurso pero al que realmente poco le hacen caso y quiero pensar que eso sucede porque los niños todavía no están en la edad de votar.
Ayer se presentó a declarar el primer abogado defensor de Mario Aburto Martínez asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, de acuerdo con el propio litigante, reabrir la averiguación previa de ese caso solo es una cortina de humo electoral.
De la audiencia sobre el homicidio que tiene más de 29 años de haberse cometido no hubo nada nuevo que aportar, las cosas que expuso son las mismas que las que se asentaron la noche del 23 de marzo de 1998.
Este asunto, más que jurídico o de ofrecer justicia para alguien es un buen motivo para el escarnio público que le gusta hacer al presidente Andrés Manuel López Obrador y en estos momentos lo que menos necesita el país son más escándalos.