Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 30 DE MARZO DE 2023.- La alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez está llegando a la mitad de su administración con una ciudad destrozada, y no solamente por los derrumbes que están presentándose con mayor insistencia en esta temporada de lluvias, también porque es evidente que no se está llevando una manera efectiva de gobernar.
En apenas 18 meses, ya tuvo a tres secretarios generales de gobierno; cada cambio en esa importante función es acompañado de cierta desestabilización en el quehacer de la administración pública y basta ver el estado en el que están casi todas las calles para darnos cuenta de ello.
Durante los primeros 18 meses de gobierno, es recurrente para la alcaldesa culpar al pasado, un recurso que es empleado por el gobierno federal cuando no puede con algún problema, es insistente en utilizarlo cuando las cosas se complican y no tiene respuesta alguna de los problemas que se le van presentando.
El asalto de ayer a una panadería que está a solo unos pasos de su oficina es una muestra de que la seguridad pública no es su fuerte; y a la mitad del tiempo para el que fue electa ya no es posible culpar a quienes la antecedieron en el cargo. La otra bofetada es el robo de más de dos millones de pesos en un negocio cercano a la oficina del secretario de Seguridad.
En las últimas semanas ha sido insistente la señora Caballero Ramírez en mencionar la posibilidad de competir por la reelección al cargo, un derecho legal que le asiste, pero al que en los hechos difícilmente podrá aspirar, ya que en la mitad de su gobierno no se ven avances significativos en ninguna materia.
Frases como “Tijuana es un polvorón” y por eso el derrumbe en la carretera hacia Playas de Tijuana, sonarían bien en los primeros meses de su administración porque, al año y medio de gestión, solo demuestra que la misma omisión de mantenimiento que acusa de anteriores alcaldes la tuvo ella, porque en la mitad de su periodo como alcaldesa no ha hecho nada.
Otra de las constantes declaraciones que hace es la de tener un gobierno con finanzas sanas, asegura que hay ahorros, pero eso no se refleja en liquidez para mejorar los servicios que tiene la obligación de prestar el gobierno de la ciudad; muestra de ello es la deficiencia en servicios como el de recolección de basura, la cual prevalece en colonias de la ciudad, principalmente en la Zona Este.
Este fin de marzo el XXIV Ayuntamiento llega a la mitad de su gestión, sin avances en ninguna de las materias que nos importan a los ciudadanos, con una gobernante de discursos aprendidos de memoria, con una ciudad que se sigue cayendo en todos los sentidos y una alcaldesa que está más preocupada por la reelección que por dar resultados.