Por: Octavio Fabela Ballinas.
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 09 DE NOVIEMBRE DE 2023.- La música es una expresión de la cultura, los corridos que exaltan a los delincuentes son solo el reflejo de la impunidad con la que actúan y lamentablemente también, el progreso económico que logran de manera ilícita.
Los argumentos que expuso la alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez para proponer, a través de la Comisión de Seguridad en el Cabildo son más un pretexto que una respuesta al verdadero origen de este género musical.
Ayer, mientras los regidores de Tijuana aprobaban sanciones económicas para quien transmita, exhiba, interprete, reproduzca o permita espectáculos públicos que promuevan la cultura de la violencia o hagan apología del delito y criminales, en Tecate nos enteramos de que dos mujeres jóvenes fueron asesinadas.
También sonaba en el ambiente lo que vivió la ciudad el pasado sábado 4 de noviembre, cuando en diez lugares distintos, criminales abandonaron lo que después nos enteramos fueron seis cuerpos cercenados para crear pánico.
Si bien los narcocorridos exaltan las acciones de grupos criminales, su concepción se da en la forma en la que actúan quienes violan la Ley, mientras el asesinato de una oficial de la Fuerza Estatal de Seguridad se resolvió en apenas dos semanas, miles de muertes siguen impunes.
Ese mensaje de que hay ciudadanos de primera y de segunda, de que solo algunas familias merecen tener el consuelo de que se hace justicia aunado a un gobierno municipal que rehúye a su responsabilidad de conservar la paz y seguridad, es lo que provoca que se escriban canciones y se canten como si de canciones para arrullar bebés se traten.
En lo que parece ser más una medida recaudatoria que un acto para cuidar la salud mental, las multas rondarán entre las 6 mil y 12 mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMAS) vigente.
En el caso del Ayuntamiento de Tijuana, una de sus obligaciones principales es cuidar la paz y tranquilidad en las calles y no restringir, como sea, la libertad de las personas para escuchar el tipo de música que quieran.
Su preocupación, al igual que la del gobierno estatal, debe ser que no exista impunidad, si castigaran a los delincuentes, escucharíamos solo corridos que versen sobre la captura y castigo al que violó la Ley y no se exaltaría la forma en la que cometieron delitos y literalmente se burlaron de la autoridad.
En fin, cuide lo que escucha, porque las sanciones pueden ir desde los 622 mil 440 pesos y hasta 1 millón 244 mil 880 pesos, algo que se antoja como tierra fértil para la corrupción ya que no se establece en la reforma al Reglamento de Espectáculos y al Bando de Policía ¿quién será el responsable de supervisar que no se promuevan los narcocorridos?