En Esta Esquina: Ni perdón, ni olvido, sólo justicia  

Por: Sonia de Anda.

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 18 DE ENERO DE 2023.- Desde 2022 en Baja California, la tercera semana de enero trae una marea de emociones al gremio periodístico porque volvemos a recordar que el 17 y 23 de enero, fueron asesinados en Tijuana frente a sus casas, nuestros colegas Margarito Martínez y Lourdes Maldonado.

En este segundo aniversario se repiten las preguntas de por qué es importante que el gremio exija a las autoridades que procesen penalmente a los asesinos intelectuales de ambos crímenes.

Sería absurdo suponer que a Margarito le montaron guardia tres personas por tres días, esperando que saliera de su casa para matarlo, sólo porque se les antojó y no porque un líder criminal que estaba muy molesto, lo responsabilizaba de una publicación que se había hecho en uno de los medios de comunicación donde el fotoperiodista trabajaba y que le afectaba al grado de que pagó y pidió evidencia de su asesinato en video.

Margarito Martínez sabía que estaba en riesgo. Un mes antes de ser asesinado pidió a sus colegas que hicieran un pronunciamiento para deslindarlo de ser el responsable de tres páginas de Facebook anónimas que publican crímenes y revelan situaciones de ciertos grupos criminales, porque un chismoso que se autodenominaba “periodista de barrió”, tuvo la genial idea de señalarlo en sus redes sociales como el administrador de las mismas.

Lourdes Maldonado públicamente en una mañanera del presidente de México en 2019, dijo que temía por su vida por una demanda laboral que no avanzaba en contra Jaime Bonilla Valdez, quien entonces sería el candidato de Morena a la gubernatura de Baja California y al que criticaba ferozmente en sus redes sociales.

Maldonado jamás habló de que temía por su vida por los malandros de su colonia o por críticas que hacía en su programa de redes en contra de políticos. No, ella siempre señaló a Jaime Bonilla Valdez y a nadie más y por eso pidió medidas de seguridad un año antes de su muerte al Mecanismo Estatal de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos, pues se habían dado ataques a su vehículo, por lo que reiteró sus señalamientos en contra del entonces gobernador de tratar de intimidarla.

Sería absurdo suponer que alguien ajeno al hoy senador Bonilla, pagó a un grupo de personas que le llamaron por teléfono, la hicieron salir de su casa para montarle una guardia con tres sujetos en un taxi por aproximadamente 40 minutos para esperar su regreso y asesinarla antes de que bajara de su carro y entrara a su casa, justamente como dijo en el Mecanismo que era su momento más vulnerable.

Sobre todo, porque cuatro días antes de su asesinato, Maldonado le montó afuera de la empresa del senador tremendo escándalo para revelar públicamente que le había ganado el juicio laboral y que había una orden de embargo de las cajas para que le pagaran, lo que ella iba a aprovechar para revelar las supuestas evasiones fiscales de ese medio de comunicación.

Al final, en lo penal, lo absurdo debe ser probado o descartado, pero ¿cómo llegar a eso si la carpeta de investigación duerme el sueño de los justos porque se logró la detención de los asesinos materiales y los intelectuales pueden esperar a que sean llamados en el momento más conveniente? como lo dijo este miércoles la Fiscal General del Estado, María Elena Andrade.

Y la pregunta es: ¿conveniente para quién o para qué?

Hoy nos dice la Fiscal que las carpetas estaban sin moverse hasta que asumió la titularidad de esta dependencia hace aproximadamente seis meses y que ni si quiera han iniciado procesos penales en contra de los sospechosos de ser autores intelectuales de los crímenes de ambos periodistas.

¿Acaso están esperando acusar penalmente a Jaime Bonilla cuando sea políticamente conveniente para el actual gobierno estatal porque no supera el desprecio de la actual gobernadora? ¿realmente hay elementos para acusar al senador de ser autor intelectual? Porque si no los hay, lo ideal es que inicien para que por lo menos no camine con la cara en alto en el Senado.

¿Están esperando acusar al Cabo 20 de ser el asesino intelectual de Margarito cuando necesiten retenerlo en prisión, porque otras acusaciones en su contra se les cayeron?

El gremio periodístico en Baja California no está dispuesto a permitir que quienes mandaron matar a sus compañeros y pagaron entre 20 y 50 mil pesos para que los ejecutaran, mantengan la espera cuando sea conveniente procesarlos.

Esperar, es alentar a que esos mismos sospechosos o cualquier otro con callos machucados por un periodista, vuelvan a pagar a un adicto para que le ponga una bala en la cabeza por ser incómodo.

Baja California y México en general, tiene una vergonzosa historia de dejar en la impunidad a los asesinos de periodistas, materiales y sobre todo a los intelectuales, lo que pone en riesgo la vida de cualquier comunicador en este territorio.

Las autoridades se han acostumbrado a responder a una presión mediática de manera inmediata para apaciguar las aguas, pues le apuestan al “ya pasara” y no les gusta que el gremio periodístico de esta región le haya corrido las metas y los obliguen a meterle turbo a esas investigaciones porque saben que van a tener que lidiar con protestas en eventos donde les encanta lucirse.

Los periodistas no están dispuestos a permitir ni un caso más de impunidad por crímenes de uno del gremio y menos, cuando hay un senador que abiertamente fue señalado por su víctima, que ahora tiene la intención de volver a postularse para evadir la responsabilidad de responder por el asesinato de Lourdes Maldonado o por lo menos de haberla vulnerado porque con todo y su “amistad” con el presidente de México, con todo y su fuero, con todo y sus manos metidas en los tribunales laborales, con todo y sus trampas, le guste o no, ella le ganó legalmente y lo manchó permanentemente.

A Jaime Bonilla le han preguntado sobre el asesinato de Lourdes Maldonado y obviamente niega su participación, no falta a quien les dice que a ella la mataron sus enemigos para inculparlo y yo pregunto, ¿Acaso él no puso el ejemplo cuando aprovechó su posición de poder y movió todo el aparato de justicia de su compadre para hacerle lo mismo al entonces alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, a quien inculpó del asesinato intelectual de un extorsionador convicto para desprestigiarlo y desbancarlo por ser su rival político?

Dicen que el león cree que todos son de su condición y claramente a Bonilla le falta el valor para responder y vivir con el estigma de ser el responsable de la muerte de Lourdes Maldonado.

Y si las autoridades les gusta actuar bajo presión mediática, pues la tendrán, porque el perdón se ofrece en los templos, el olvido llega con la muerte y la justicia se paga aquí y en vida.