Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 1 DE FEBRERO DE 2024.- Desde que llegué a esta frontera, hace más de 30 años, las autoridades responsables de hacer valer la Ley son las que menos prestigio y confianza tienen.
En aquellos años ya se hablaba de policías de todos los niveles que brindaban protección a los traficantes de personas, se les veía pasar, sin empacho, por su cuota en los hoteles de la Zona Norte.
Después pasaron de los indocumentados a la marihuana, el robo y hasta la recuperación de carros, siempre había una actividad al margen de la ley que podían monetizar, eran tiempos en los que la bonanza económica de la ciudad permitía que cualquiera consiguiera un arreglo para evitar la cárcel.
Las cosas parece que no han cambiado nada, solo son más violentas las reacciones cuando el acuerdo no se cumple por una de las partes y esos descontentos regularmente terminan con muertos.
Por esta razón resulta sospechoso que la Fiscalía General de la República no aclare lo ocurrido el 17 de noviembre, cuando oficiales de todos los niveles fueron exhibidos sacando presuntamente droga de un domicilio en la privada Altitud 58.
La autoridad que investiga no ha aclarado ¿qué es lo que se ve en un video que circuló en redes? ¿Qué es lo que los oficiales sacan del domicilio? ¿Por qué si es clara la participación de oficiales no hay ningún detenido? ¿Dónde quedó lo que sacaron?
La actitud de la autoridad llama la atención, y deja un espacio enorme para la especulación, sobre todo porque este mes de enero se han registrado cinco policías lesionados, dos oficiales asesinados, un funcionario de la Secretaría del Trabajo asesinado, un trabajador municipal sin vida cerca de la Playa y una patrulla de la Fiscalía General del Estado incendiada.
¿Estaban esas personas vinculadas al presunto robo de droga? ¿A quién se la robaron? ¿Qué hicieron con ella? ¿Cuántos homicidios faltan? En la medida que estas preguntas no encuentren respuestas crecerá la especulación y caerá la credibilidad en las instituciones.
