Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 29 DE JUNIO DE 2022.- La tarde del jueves 16 de junio, la alcaldesa Montserrat Caballero amagó con romper el convenio de colaboración que firmó con el Gobierno del Estado en materia de seguridad, su argumento era que no podía mandar señales a los delincuentes de que la policía estaba sometida a otras corporaciones tras la revisión que hizo la Fuerza Estatal de Seguridad al vehículo en el que acompañado de escoltas viajaba su hermano.
Una semana después el mensaje que decía la señora Montserrat si llegó a quienes al parecer quería que no lo recibieran, desde el jueves 23 de junio y hasta ayer martes 28, todos los días se han asesinado a casi diez personas diariamente, las víctimas van desde adolescentes heridos en una taquería hasta personas de la tercera edad, lo mismo hombres que mujeres.
Este miércoles Tijuana amanece con más de 900 homicidios en lo que va del año, casi 200 de ellos se cometieron este mes y de ellos 57 sucedieron en menos de una semana, esta racha violenta sucede dos semanas después de que la alcaldesa de Tijuana demostrara que puede más un desencuentro que la coordinación para garantizar la paz.
Luego del homicidio de un empleado municipal, la alcaldesa consideró que es preocupante que le quiten la vida a uno de los suyos, que quiera o no reconocerlo, formaba parte de su equipo de trabajo, que tenía el antecedente de haber sido detenido en posesión de una importante cantidad de narcóticos en el pasado, pero también que detuvieran en Estados Unidos a un empleado de la Fiscalía General del Estado.
No se trata, señora alcaldesa, de medir quienes cometen un error mayor, su trabajo, como parte del Estado Mexicano es, en primer lugar, garantizar la paz y seguridad de quienes vivimos en Tijuana, después vendrán muchas otras cosas, pero primero es que quienes somos sus gobernados estemos seguros y podamos trabajar y ser productivos.
Compararse con las fallas que comete otro orden de gobierno para justificar alguna de sus omisiones no es la forma de atender el principal reclamo de la ciudad, sobre todo porque además del clima de violencia que hemos enfrentado la última semana, seguimos sin podernos mover con relativa fluidez en la ciudad, Tijuana sigue obscura y llena de baches.
En los nueve meses de su administración todavía no se perciben cambios importantes ni en el estilo de hacer gobierno, mucho menos en la prestación de los servicios que le corresponden como autoridad municipal, en cambio, si se nota su interés por llevar la contraria con el gobierno del estado y sus arranques son más recordados que sus aciertos.
Más allá de discursos, los ciudadanos nos merecemos resultados, a la mayoría no nos parece adecuado que en lugar de trabajar las autoridades gasten el tiempo en compararse con otros niveles de gobierno, nadie la obligó a ser alcaldesa y lo menos que merecemos es que usted, se dedique a lo suyo y deje la politiquería para su tiempo libre.