Por Lourdes Loza Romero
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 19 DE SEPTIEMBRE DE 2022.- Este lunes inició el debate de juicio oral por el caso de Alina, la joven policía que disparó en contra de su pareja en defensa propia. El caso ocurrió en diciembre de 2019, desde entonces la joven ha permanecido en prisión acusada por el delito de homicidio.
Fue la madrugada del 13 de diciembre de 2019 cuando Alina disparó en contra de Luis Rodrigo, supervisor de la policía municipal con quien mantenía una relación sentimental de poco más de un año.
Luis Rodrigo discutió con ella y la agredió físicamente, hasta que la mujer pudo tomar el arma de cargo de su novio y le apuntó. El hombre la incitó a dispararle, diciéndole que si no lo hacía, él la mataría, fue cuando Alina accionó el arma por lo menos en tres ocasiones hasta que su pareja se desplomó en el piso del departamento que compartían.
“Nos estamos defendiendo con lo que tenemos”. expresó la madre de Alina a medios de comunicación, al ser abordada al exterior de los Juzgados Penales minutos antes de que in iniciará la primera audiencia del juicio oral.
La señora Socorro expresó que a lo largo de estos casi tres años se ha documentado lo suficiente para ayudar a su hija en este proceso, en el cual no recibieron ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades locales, a pesar de que su hija fue un buen elemento de la Secretaría de Seguridad Pública, que participaba en actividades de apoyo a la comunidad y era integrante de la escolta institucional.
Tampoco accedieron a declarar los compañeros que sabían de la violencia que ejercía Luis Rodrigo en contra de su hija, sobre todo un oficial de apellido Salcedo que en una ocasión apoyó a Alina con una patrulla cuando tomó la decisión de terminar su relación y mudarse a la casa de su mamá, meses antes de la agresión de diciembre.
Recordó que la noche de la agresión escuchó que su hija le pedía ayuda a gritos, su primer pensamiento fue creer que Luis Rodrigo ya había matado a Alina pues existían antecedentes de violencia en la relación que no fueron denunciados por temor y por la cultura de machismo que persiste en la corporación policíaca.
La señora Socorro aún tiene fe que su hija podría salir en libertad para continuar con sus planes, de estudiar una licenciatura en Psicología y continuar ayudando a la gente, algo que la motivaba día a día para realizar sus labores como policía en activo.