Tiro de esquina. ¡Hey, Morena!… ¡gobernar no es un circo!

Por Octavio Fabela

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 1 DE DICIEMBRE DE 2021.- Ayer, al concluir la sesión del pleno de los diputados, los legisladores de Morena, Sergio Moctezuma y Manuel Guerrero Luna nos dieron una muestra de lo arrabalera que puede ser la política en el estado, dejaron de lado las posturas ideológicas y sin más pasaron a los gritos y manotazos.

Lo que sucedió con estos dos legisladores es una muestra clara de lo que está pasando entre quienes defienden el pasado, es decir, quienes sienten que le deben el puesto al exgobernador Jaime Bonilla Valdez y los que están a favor de las políticas que está impulsando la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Fue una muestra clara de la división que existe entre los dos bandos al interior del partido Morena, división que no solo se da en el Congreso, también existe al interior de los cabildos e incluso es visible entre la gobernadora y las presidencias municipales, aunque, claro, todavía no se llega a situaciones arrabaleras como las del congreso.

Aquí el asunto es que diputados, regidores, síndicos, alcaldes y la gobernadora se la pasan fijando posturas y haciendo poco, se les olvida que, aunque fueron electos por poquito más del diez por ciento de los ciudadanos de Baja California, ¡ya no están en campaña!, ya son gobierno y lo que todos esperamos, son resultados.

La política en Baja California no puede manejarse como si se tratara de un circo romano, sus diferencias pueden resolverlas en un espacio adecuado, total, si quieren pelear, pueden ir a un gimnasio y subirse al ring, pero el espacio de las curules en el recinto parlamentario no es dónde resolver diferencias personales.

Quienes ahora ocupan los espacios de decisión, deben recordar que fueron electos por una minoría de ciudadanos, la mayoría, que no votaron por ellos, no pueden vivir rehenes de sus muy personales intereses, sobre todo porque venimos de dos años, en los que gobernar para dividir nos dejó con muchos problemas por resolver.

Y en este circo que ha montado el partido Morena, tenemos a una oposición que parece que hasta palomitas y refresco compraron porque solo son espectadores, no hay entre sus representantes alguien que llame al orden y demuestre que pueden ser una alternativa para superar el caótico escenario que dejaron los dos años del minigobierno de Bonilla Valdez.

Ese intercambio de manotazos es la fotografía exacta de lo que sucede al interior de Morena, partido que ganó la elección pero que parece que no sabe que hacer con lo que obtuvo, también demuestra la decadencia que alcanza un político cuando obtiene algún cargo público basado en intereses y no en capacidades.

En su primer prueba como mayoría en el congreso, Morena nos mostró que diputados obedientes causan daño, y esta segunda legislatura con mayoría de ellos, pinta para ser igual, como también sucede en los cabildos, donde los regidores se han mostrado obedientes, pasivos y con casi nula iniciativa propia.

Hasta el momento, hemos visto mucho circo, acciones de relumbrón, pero poco de fondo, por lo que es necesario que entiendan que gobernar, no es un circo.